Periodismo de Opinión Neuquén - Patagonia - República Argentina - Fecha de inicio 28 de abril de 2.006 |
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El presidente Javier Milei insiste en congraciarse con las autoridades militares de manera bastante insidiosa , cuando lo que generalmente se rechaza fue el rol durante las dictaduras cívico/militares y no los uniformes de las Fuerzas Armadas, de las que dijo que se las está "reconciliando con la política". En acto previo había manifestado su deseo de que pedirá por ley que dichas fuerzas intervengan en temas relativos a la seguridad interior. Aspecto que compromete la figura institucional de dichas fuerzas, que se las supone abstenidas de politizarse; porque sus funciones son la de defender a la Patria con cualquier gobierno democrático, ante eventual ataque externo. Cuando comprometieron a las fuerzas militarizadas con la política, aparecieron los golpes de Estado y esas no deben ser sus funciones. Milei, ampliando sus consideraciones dijo "Por demasiado tiempo la casta politica le impuso a todos los argentinos una realidad miserable que con esfuerzo hemos empezado a revertir". Es para reiterar que lo que se repudia es la acción anti constitucional y golpista, agregando los delitos de lesa humanidad. En otro tramo de su discurso, el presidente dijo que "Otro de los legados nefastos de la casta ha sido fracturar la relación entre la política y nuestras Fuerzas Armadas". Manifestación que suena intencionalmente maliciosa y que parece generar el enfrentamiento, ya que politizar la relación con la sociedad es peligroso. Al menos si tenemos presente el accionar de otros tiempos que dieron lugar y motivos sobrados de confrontación, iniciada con golpes de Estado que nada tienen que ver con la relación de las instituciones con la sociedad y viceversa. Podemos tener diferencias conceptuales en lo político pero resulta injusto acusar a lo que llaman casta, y que buscan revertir. Por ende vale aclarar que si revertir la supuesta situación significa lo que algunos diputados oficialistas iniciaron a favor de los genocidas presos, en busca de lograr la detención domiciliaria no aplicable a los causantes de delitos de lesa humanidad, resulta una gestión anti democrática. Consencuentemente esos personajes responsables de delitos gravísmos, deben ser diferenciados y separados de las Fuerzas Armadas que se deben a la Constitución Nacional en sus alcances institucionales para el sector. 181224 |
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